La excursión partía de Dublín, el domingo 29 de julio. donde cogimos en Dart dirección Dún Laoghaire. Allí comimos (o almorzamos, no sé muy bien como llamarlo) en un parque donde había un mercadito.
Las primeras impresiones del mar de Irlanda, en un día meteorológicamente revuelto, nos mostraban algo muy diferente al mediterráneo.
La península de Howth, al norte de la bahía de Dublín. Fue otra de las excursiones que haríamos unos días más tarde.
Mis compañeras de paseo por Dún Laoghaire, Cristina y Mari Carmen. Nos gusto más el puerto que el pueblo, por lo que decidimos pasear por él.
No soy muy dado a salir en las fotos, pero el lugar lo merecía.
El parque donde comimos y pudimos hacernos un café caliente, estaba repleto de visitantes quienes, como nosotros, compraban comida y bebida en las casetas.
Más tarde fuimos a Bray, donde había una exhibición de aviación sobre la playa. Algunos compañeros se quedaron allá, mientras que otros, más atrevidos y motivados por Johanna, guía de la DCU, fuimos andando por la costa hasta Greystones. Por el camino nos llovió bastante, pero luego salió el sol y llegamos secos. Al final, una buena cerveza y tan felices.
La playa de Bray, una vez inciciado el camino hacia Greystones
La ruta ofrecía paisajes realmente bonitos, que dejaban ver la espectacularidad de la costa irlandesa. Durante el camino nos llovió, pero luego salió el sol y llegamos secos. La parte más negativa fue ver los efectos de un pequeño fuego durante algunos tramos.
De nuevo aquí se aprecia Howth al fondo.
Y por fin divisamos Greystones. No fue media hora como nos habían dicho, sino tres veces más. Aún así, mereció la pena.
Y para acabar, cómo no, nada mejor que disfrutar de una buena Guinness para reponer fuerzas con los compañeros de aventura.
Sí señor, el paisaje, los acantilados, el mar.. Valió la pena el chaparrón.. Gracias Miguel por el recuerdo
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